jueves, 13 de noviembre de 2008

Agencia de Noticias Pelota de Trapo - Edicion del 13/11/08


Por Oscar Taffetani

(APe).- El médico pediatra Melchor Ángel Posse (1932-2004), que fue cinco veces intendente electo de San Isidro, dedicó el libro Los desarraigados a sus tres pequeños hijos, entre ellos Gustavo, actual intendente de San Isidro.

Seguramente Gustavo, nacido en 1962, tuvo tiempo de leer -cuando hacía sus estudios de Derecho o bien cuando decidió abrazar la carrera política- aquel libro anticipatorio de su padre.

Lo que no es seguro es que haya entendido su significado. Ni tampoco es seguro que quiera hoy (algo que le pasa a muchos dirigentes del país) hacer un ejercicio de memoria.

Escribe Melchor

Los desarraigados es un ensayo político que contiene las reflexiones de un joven militante radical cuya familia, procedente de Rosario, se radicó en San Isidro por los desplazamientos que causó el reacomodamiento económico argentino de los años ’30 y ‘40.

El desarraigo propio le dio a Melchor Posse, tal vez, una sensibilidad especial hacia los problemas y necesidades de los migrantes internos, esos criollos que habían empezado a hacer sus quinchos y ranchos, sin ir más lejos, en baldíos aledaños a la fábrica Standard Electric de San Isidro, en terrenos bajos e inundables de un paraje inhabitable conocido como La Cava.

“Hablaban -escribe Melchor- el idioma de Buenos Aires, compartían la historia de la ciudad fabulosa y soberbia. Mas los porteños, de pronto, no reconocieron en ellos a sus hermanos. Y ellos se sintieron solos, aislados, desarraigados de su tierra”.

“Cuando convino a su negocio -dice en otro pasaje- la oligarquía terrateniente abandonó la agricultura y consagró sus campos a la ganadería. Si con ello quedaban sin ocupación millares de campesinos, poco podía importarle. Un campesino muriéndose de hambre en un rancho no significaba para la oligarquía mucho más que lo que podía significar un arado oxidándose en un galpón...”

“En última instancia -acotaba el médico- la miseria de esas villas, que no es miseria moral, por cierto, es el producto directo del egoísmo de la oligarquía terrateniente”.

Habla Gustavo

Fiel a la consigna de actuar sobre el efecto y nunca sobre las causas (directiva impartida por los medios de masas a los políticos que compran el discurso del presente absoluto), Gustavo Posse se apuró a declarar -luego del conmocionante asesinato de un ingeniero que vivía en su distrito- que la responsabilidad era del ministro del Interior, “por haber retirado la Gendarmería de la Cava”.

A continuación, el intendente decretó luto oficial en San Isidro, por 48 horas, y adelantó que el Concejo Deliberante debatiría una ordenanza por la cual se decretará el estado de emergencia en materia de Seguridad, en el partido de San Isidro.

En cuestión de horas, volvió la Gendarmería a La Cava.

"Tenemos mucha inversión puesta en el lugar, queremos avanzar cada vez más y podemos mostrar al segundo lo que nos ocurre. Hoy no nos sirve porque murió alguien, pero creemos que hay una fuerte vinculación con el estado de las leyes y su interpretación, honesta, pero equivocada", expresó el Intendente a los medios.

“No hay voluntad política de crear más cárceles para poner allí a todos los que corresponda", dijo también.

Finalmente -sin dejar de ser abogado- Gustavo Posse manifestó que “las calles son cada vez más duras y las leyes no son, tal vez, las más adecuadas para el momento que se vive...”

Había escrito su padre Melchor, cinco décadas antes: “La ley se ha hecho para el hombre, y no el hombre para la ley. Y una ley que no está hecha a la medida del hombre común, una ley que consolida el hambre, que solidifica la miseria, no merece llamarse ley”.

El futuro ya llegó

“En lo que concierne a aguas corrientes y desagües cloacales -escribió el Cholo Posse en 1964- vivimos en plena Edad Media, sentados sobre un volcán de gérmenes, bajo la amenaza de las peores epidemias. (...) Estas son las obras de fondo que requiere el conurbano...”

Finalmente, con gran visión del futuro, afirmaba: “Esas villas comportan la única posibilidad de arraigo definitivo con que cuentan los inmigrantes del interior del país”.

Medio siglo después, en las 30 hectáreas que ocupa La Cava -como se ha denunciado- los índices de desnutrición y malnutrición de los pibes superan la media nacional, las napas freáticas están contaminadas y, dado que el Municipio no cumple con la frecuencia necesaria con el desagote de pozos ciegos, éstos se desbordan continuamente.

“Desde hace dos años y medio -denuncia en su periódico una organización de izquierda- La Cava está militarizada, por Prefectura antes y por Gendarmería hoy. Las razzias son frecuentes y violentas. Recorren los pasillos disparando a mansalva e incluso empleando gases. En La Cava se han denunciado más de 50 casos de gatillo fácil en los últimos años”.

En el orden de la “prevención”, la única acción del municipio es la que aparece en el sitio oficial de San Isidro, en un punto referido al Programa Comunidades Vulnerables (PCV):

Dicho programa dice apuntar a la “prevención y reinserción social de jóvenes, de los barrios La Cava y el Bajo de San Isidro, sin trabajo ni estudio con riesgo de ingresar al delito o habiendo egresado de instituciones carcelarias y comisarías...”

Para ingresar al PCV, los pibes que se sientan con ganas de delinquir (perdón por la ironía) no tienen más que llamar al 4723-3574, de lunes aviernes y de 8 a 14. También pueden comunicarse por e-mail: pcvsanisidro@yahoo.com.ar

Y si no alcanzan a llamar por teléfono o a mandar el e-mail para entrar en el sistema de prevención, esos pequeños delincuentes de San Isidro, asesinos y criminales en potencia, se las tendrán que ver con la Gendarmería Nacional, con la Policía Federal, con la Policía Bonaerense o con todas a la vez.

¿Cincuenta casos de gatillo fácil, en unos pocos meses? ¿Menores
desesperados, esclavizados por la droga, lanzados a matar o morir?
¿Planes de vivienda que no alcanzan? ¿Fábricas cerradas a lo largo de la Panamericana?

Para estas preguntas, el abogado Gustavo Posse no tiene respuestas. Su padre, médico pediatra, hace mucho que las tenía. Pero se murió.



El hambre de las concesiones
11/11/08

Por Néstor Sappietro

(APe).- Un pibe de 23 años se murió de hambre después de pasar dos semanas sin comer. Su hermano está grave por la misma causa. El médico le llama anemia, “muerte por inanición”... Lo cierto es que murió de abandono, de olvido, de impunidad...

Sucedió en Salta, en Macueta, uno de los tantos pueblos abandonados a su suerte, ubicado cerca del valle de Acambuco, a 60 kilómetros de Tartagal.
Allí, donde las dificultades del camino solo permiten el acceso a la desocupación y la miseria.
Allí, donde sobreviven 45 familias a las que no llega ningún tipo de ayuda.
En el mismo lugar donde opera la petrolera multinacional Pan American que solo da trabajo a cinco personas de esas 45 familias.

Macueta, es una de las principales áreas gasíferas operada por Panamerican Energy que tributa al municipio de Aguaray la suma mensual de 10 mil pesos, un vuelto, una burla de quienes extraen millones de dólares en el exacto lugar donde un pibe de 23 años de apellido Terán se muere de indigencia.

La complicidad del gobierno nacional está relacionada con la denuncia que realizó Pino Solanas en febrero de este año, cuando Pan American Energy en Chubut anunció el "casual" descubrimiento de nuevas reservas que multiplican varias veces el petróleo de la zona. Esto sucedió después de la renegociación que aseguró por 40 años a la multinacional la explotación del yacimiento petrolero más rico del país. Solanas señalaba en esos días: “Han extendido las concesiones por plazos inmorales. No les han exigido ni inversiones ni nuevas exploraciones. No es les hace un control adecuado sobre cuánto exportan ni sobre cuánto extraen. Y encima han premiado a las empresas prorrogando los contratos de explotación con las alícuotas más bajas del mundo”.

Esta multinacional es la que explota el gas en Macueta.

El noticiero Video Tar emitió un video con el informe “Vivir de la nada” donde aparecen detalles de la inmoralidad y el abandono al que está sometido el pueblo y su gente. Entre las imágenes de los ranchos de adobe y vacas raquíticas, aparece como una burla el “Plan de ayuda” a la comunidad de Macueta presentado por la empresa. Las acciones comunitarias de Pan American incluían el mantenimiento de la ruta, huertas, programa nutricional, campañas sanitarias, sala de primeros auxilios, trabajo en las obras de la compañía...
Todo una gran mentira.
Mentira que se vuelve tragedia cuando un pibe de 23 años se muere de hambre y cuando su hermano está agonizando...
¿Dónde están los programas nutricionales, las campañas sanitarias y la sala de primeros auxilios?
Una estafa, una gran farsa sostenida con la anuencia del gobierno nacional y provincial.
La concesión eterna de los recursos naturales incluye también la vida de nuestros pibes.
Es parte del saqueo.

Ellos también disponen quien entra y quien sale por los caminos que son de la gente.
Para ingresar a Macueta por caminos vecinales se necesita la autorización de la petrolera que tiene garitas custodiadas por efectivos de la policía de la provincia de Salta que impiden mediante una barrera el paso a la zona.

De la barrera para allá los impunes, los inmorales, los dueños de la vida y de la muerte en Macueta.
De la barrera para acá no alcanzan las horas para contar tanta lágrima.

Fuente de datos:
Agencia de Noticias Copenoa 03-11-08

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