viernes, 8 de agosto de 2008

"Quien diga que política y religión no tienen sada que ver, no sabe lo que es la polít y mucho menos la religión"


Pablo d´Ors, escritor de novelas y capellán"La flexibilidad es tan virtud como la coherencia"IMA SANCHÍS - 07/08/2008ç

44 años. Nací y vivo en Madrid. Doctor en Teología. Soy pastor de una pequeña comunidad cristiana y capellán hospitalario en el Ramón y Cajal. Como decía Gandhi, quien diga que política y religión no tienen nada que ver, no sabe lo que es la política y mucho menos la religión

¿Creer en Dios es un don?

Un don y una tarea. Todo lo que nos inspira nos hace trabajar.

¿Cómo lo encontró?

Por tres mediaciones. Un libro de espiritualidad oriental: El peregrino ruso;un santuario: el corazón de María de los claretianos; y una persona: un diácono filósofo en quien vi encarnada una vida digna.

Hay quien busca y no encuentra.

Imposible llamar a la puerta de Dios y que no abra. Además, quien busca ya ha encontrado, si no no tendría fuerza para buscar.

¿Qué le ha llevado a ser quien es?

Mi familia, tan sensible al arte (mi abuelo Eugeni d´Ors era filósofo; pero es que mi padre era dibujante, mi abuela, escultora, y todos mis hermanos son artistas). Otra experiencia fundamental han sido mis vacaciones infantiles en Vilanova i la Geltrú, mi lugar en el mundo. Y unas colonias de verano en Inglaterra, 44 niños de 12 países, la época más feliz de mi vida.

¿Qué las hizo tan especial?

Descubrí que el mundo era muy grande, conviví con todas las razas y todos los credos y eso me hizo un nómada, un viajero. Y está la experiencia radical de los libros, los que he escrito y los que he leído, y mi encuentro con Charles de Foucauld, un ermitaño del Sahara, apóstol de los tuareg, un místico que me fascina.

¿Qué ha buscado?

Ser fiel a lo mejor de mí mismo, Dios es la propia conciencia. Escucharse requiere una osadía extraordinaria, porque en general tenemos miedo de casi todo y nos llenamos de cosas y de ruido. Dios, sin embargo, nos espera en nuestro propio rostro, y no sólo en el ajeno.

¿Qué le han dejado los moribundos?

Pasión significa amar y dolerse, porque el amor y el dolor son las dos caras de la misma moneda. Estar cerca del dolor es también estar cerca del amor. No hay mejor lección de humildad que acompañar el sufrimiento de un enfermo terminal. Estar en ese escenario es para mí un privilegio.

¿Qué caracteriza a la gente buena?

A mí me enamoran las personas magnánimas, de alma grande, como Mahatma, que no posee ese egoísmo estructural que caracteriza a la mayoría de los seres humanos.

¿Qué le decepciona?

Lo que más me enerva es el fariseísmo, la gente que se cree en posesión de la verdad y se dedica a condenar a los demás, me parece la actitud antirreligiosa por excelencia.

Eso es la Iglesia.

La Iglesia no tiene más defectos que yo. Gran parte de mi trabajo hacia la madurez ha sido precisamente soltar y ser más flexible, porque estoy convencido de que la flexibilidad es tan virtud como la coherencia.

¿Qué son las ideas puras?

Cuando escribí esa novela, en 1999, quise decir algo muy parecido a lo que digo en Lecciones de ilusión:que nuestro mundo interior es inmensamente más rico y significativo que el exterior, que vivimos tanto o más de nuestras fantasías y ficciones que de eso que llaman realidad.

La ilusión como motor creador.

En efecto. El hombre que es feliz siempre crea un espacio: una casa, un libro, un horizonte nuevo al que viajar y en donde clavar, aunque sea metafóricamente, una bandera. Pero ninguno de esos espacios es la felicidad. La felicidad es crear esos espacios para que los disfruten otros... y volver a crear.

Ha dedicado muchas páginas al amor y la felicidad.

Pienso que la felicidad hay que construirla, no sólo es un sentimiento sino también una ética. Las ideologías de la felicidad nos hacen daño porque la encasillan, y la felicidad siempre es mucho más amplia, sorprendente, desestabilizadora y efervescente; pero no es el objetivo de mi vida.

¿Cuál es?

Yo lo que he querido es conocer a los hombres, y busco ser una persona íntegra, que caiga toda la mentira. La gente que yo admiro, como Jesús, Gandhi o Foucauld tenían una gran firmeza y al mismo tiempo una gran capacidad de comprensión. Firmeza y ternura, eso quiero para mí también.

Escogiendo el camino que ha escogido se pierde cosas esenciales de la vida.

Toda opción comporta renuncias. Mido la categoría moral de una persona por la categoría de sus vínculos. La libertad no es indeterminación, sino más bien autodeterminación. Es más libre quien más se compromete, y, por ello, quien más renuncia.

¿Su herramienta básica en la vida?

Silencio. La soledad. No hay nada grande en mi vida, ni creo que en la de los demás, que no haya nacido de ahí.

¿Cuáles son sus fracasos?

Haber hecho daño a personas, no estar a la altura. Y mi historia literaria está llena de fracasos. Empecé a escribir a los 14 y no cuajé un libro hasta los 36 años.

¿Qué hace con el desencanto?

Procuro contrastarlo con el encanto. El desencanto está en el mundo y está en ti mismo, pero procuro no darle altavoz si no es para desmitificarlo, porque creo que el camino para la humildad es el humor; tienen la misma raíz, humus,que significa tierra, tocar tierra. La esperanza es una virtud.

De nuevo hay que cultivar.

No puedes tener esperanza sino frecuentas el bien, y eso supone una tarea, debes entrenarte a abrir los ojos para descubrirlo.


jueves, 07 de agosto de 2008La Contra| página nº 60Más Noticias de
La Contra "La flexibilidad es tan virtud como la coherencia"La búsqueda
Hay a quien extraña que un cura escriba novelas y en ellas hable del amor carnal, pero se puede pensar desde otro lugar: elegir un camino es atreverse a mirar todas las posibilidades de nuestro yo. Desprende una desesperada emotividad y profundidad en su búsqueda. No es un sacerdote al uso que hable de religión, aunque todas sus novelas (Las ideas puras,Las andanzas del impresor Zollinger,El estupor y la maravilla y recientemente Lecciones de ilusión,Anagrama) narran el esfuerzo humano por entender lo humano y sus posibilidades, y no hay nada más espiritual que eso. "En el fondo toda novela narra una conversión: a un personaje le pasa algo fundamental que le hace cambiar".

No hay comentarios:

Datos personales