María Sara Paredes tiene 100 años y hace 64 años y seis meses que vive en Ushuaia, ese “pueblo”, como ella lo llama, que vio crecer desde octubre de 1945 al lado de su marido, Jorge Litovich Vrsalovic.
La antigua pobladora es una persona agradable, dispuesta a oír con mucha atención.
Aceptó la entrevista, que no había sido pautada con antelación, abriendo la puerta de su cerco de madera e invitándonos a pasar a su propiedad.
Después de colgar su ropa al aire libre en el tendal de su patio (donde aún siembran papas, navos, y flores) nos invitó a conocer su casa, construida a dos aguas y revestida en la parte exterior por chapa, ubicada en la zona céntrica de la ciudad. Su hogar estaba muy ordenado, tenía temperatura y ambiente agradable; una estufa y una salamandra adaptadas a gas natural calefaccionaban el lugar.
Perfil
Paredes se mostró como una mujer tímida, humilde, respetuosa y de muy buen trato humano. Viste en forma sencilla, con una pollera larga gris, suéter y saco de lana. Ella se reconoce como una persona muy casera.
Su vida centenaria
María Sara nació el 8 de octubre de de 1909 en Ancud (Chile) y se casó a mediados de 1945 en Magallanes con Jorge Litovich Vrsalovic (yugoslavo). Ambos llegaron a Ushuaia por vía marítima, provenientes de Chile, en un barco que encallaba en una “roca grande” de la Isla Navarino –según relata la entrevistada- y se instalaron desde ese momento en el campo del comerciante Salomón. Allí vivieron 17 años hasta que por razones de salud, Litovich debió cambiar de trabajo.
Según recuerda, aproximadamente desde 1962 hasta 1980, la longeva y su marido se dedicaron a la venta de verdura fresca que cosechaban en la huerta de su patio, convirtiéndose en los únicos verduleros de la ciudad.
El matrimonio trabajaba la tierra, fertilizándola con abonos que encontraban en el campo y que trasladaban junto a la leña, al principio en carreta y años después en camioneta, hasta su casa ubicada en Gobernador Deloqui.
En 1980 falleció Litovich, pero M. Sara continuó desarrollando la actividad agrícola durante tres años más.
“Amo a esta tierra, amo este pueblo”
La “abuela” M. Sara no tuvo hijos, pero muchos antiguos pobladores y personas fueguinas la consideran una madre, por eso la acompañaron siempre con visitas a su casa y durante el mes que estuvo internada en el hospital local (8 de marzo a 8 de abril).
En la actualidad, M. Sara (100) vive acompañada de su sobrino, Juan Paredes (78), con las misma energías de octubre de 1945 en el “pueblo que ama y del que “extraña la tranquilidad y la seguridad”, pero, pese a ese temor que se origina según ella por “no conocer a todos” los habitantes de Ushuaia, Sara afirma que “ama a esta tierra” que trabajó y sembró, y en la que cosechó amistades y una vida feliz y armónica
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