jueves, 17 de julio de 2008

"Fuera de la Iglesia también hay salvación"

Monseñor Joan Godayol Colom, obispo emérito de la diocésis de Ayaviri (Perú)"Fuera de la Iglesia también hay salvación"LLUÍS AMIGUET - 16/07/2008

Tengo 65 años: he sido misionero 45 y obispo, 14. Para poder servir, la Iglesia debe renunciar a servir al poder; y a gozarse en el oro y la pompa. El santo matrimonio no haría a un sacerdote menos útil. Si detestamos el crimen del aborto, ¿por qué condenamos el preservativo?

Ya siendo obispo, recibí tres cartas de Sendero Luminoso amenazándome de muerte.

¿En qué términos?

En la primera me escribían: "Sabemos que eres de Mataró, que viene de matar, porque eres un agente que ha venido a asesinar al pueblo...".

Falsa etimología, gracias a Dios.

Les molestaba que hablara con su guerrilla.

¿Y qué les decía?

Eran pobres críos. Les decía la verdad: "Estáis aquí matándoos unos a otros en la selva mientras vuestros líderes siguen en sus universidades viviendo cómodamente: ¿no veis que os utilizan para tener poder?". Y lo mismo les decía a los soldados: "¿Dónde están vuestros coroneles mientras morís y matáis en la selva? ¡En la ciudad viviendo bien!".

Arenga certera, monseñor.

Al final, conseguimos que uno de los líderes de la comunidad se enfrentara a la guerrilla diciéndoles simplemente: "No matarás: ¡no mataréis a mi pueblo!". Y fue mártir por su pueblo. Y así, poco a poco, lograron frenar a la guerrilla. A Sendero no lo detuvo el ejército, sino el pueblo: las rondas campesinas.

¿Sigue usted la teología de la liberación?

Sigo el Evangelio, y Jesús da preferencia a los pobres, una preferencia que no es exclusiva ni excluyente para los que no son pobres, pero que empieza dando más a quien más lo necesita. Así fue y así debería ser.

¿Por qué ha vuelto a Barcelona?

La Iglesia vive desde Juan Pablo II un movimiento de revisión de los avances del concilio Vaticano II. Roma ha utilizado los movimientos apostólicos para llevar a cabo esa revisión de la apertura vaticana.

¿A qué movimientos se refiere?

Los Legionarios de Cristo Rey, Verbo Encarnado, Sodalitium Christianae Vitae... Hay más de 300 de estos movimientos seglares que pretenden erigirse en defensores de la ortodoxia romana y reivindican la riqueza.

¿En qué sentido defienden el dinero?

Sus miembros realizan votos de obediencia y castidad, pero no el de pobreza. Consideran, siguiendo el espíritu del calvinismo, que la pobreza no es una virtud sino todo lo contrario. Y, claro, con ese credo encuentran enseguida poderosos y ricos apoyos.

Ponen la cruz cerca de la cartera.

Sus patrocinadores seglares, a cambio, obtienen una zona de alegalidad fiscal para sus donativos y tráficos de capitales. Yo he sido desplazado por Roma para promocionar en Perú a miembros de esos movimientos.

¿Promover la pobreza es una virtud?

Combatirla, sí, pero para ello has de estar del lado de los pobres y saber que "lo que no es necesario ya no es mío, es de todos".

No veo entusiasmo por esa premisa.

Debería haberlo y convertir la Iglesia en una estructura transparente, sencilla, elemental al alcance de todos, sin boato, sin aparato, sin oro ni coches oficiales. Como en los orígenes, deberíamos estar más pendientes de poder servir a todos que de servir al poder y de serlo y aparentarlo.

¿Qué piensa del Opus Dei?

Fue en su día una fuerza modernizadora y hoy es moderada y moderadora en España, pero en Latinoamérica sus jerarquías son más radicales y propensas al integrismo.

¿Qué ha sido lo mejor de su obispado?

Lo que hicimos por la formación profesional y los hogares para víctimas del terrorismo. Y recuerdo el entrañable contacto con mis feligreses: el rito del pago a la tierra, la Pachamama, con el paco, el chamán.

¿Esa tradición no es mero animismo?

Es una bella ceremonia penitencial que no tiene por qué ser despreciada. Yo me hice obispo para servir a Dios y a los demás, no para juzgarlos. Yo creo que fuera de la Iglesia también hay salvación. Fuera hay una ley natural universal que nos obliga a todos los humanos y que también predicó Jesús.

¿El Vaticano II no ha acabado mermando las vocaciones sacerdotales?

A veces me pregunto si no será mejor que mermen esas vocaciones tal como son, para que, al final, los casados sean también sacerdotes y renovemos entre todos la Iglesia: que volvamos a los orígenes, que son su único futuro, cuando el matrimonio o el celibato en los apóstoles era una opción personal.

Si hay un rito será por algo.

El rito debe estar al servicio de la fe y no al revés. Hemos hecho de lo secundario lo esencial. Deberíamos replanteárnoslo.

¿Si la Iglesia no es rito, qué le queda?

La fe que empuja a servir a los demás. Ha sido la obsesión de mi obispado: ser útiles. Si no lo somos, todas las normas, cánones, apariencias, ritos y hábitos carecen de sentido. Cuando me hicieron obispo, concedí de antemano todas las dispensas y permisos para que pudieran servir mejor a la gente.

¿Un cura casado sería más útil?

Tener la opción de contraer santo matrimonio no haría menos útil a un sacerdote.

Defendería la familia con el ejemplo.

Y en otros terrenos: el aborto es un crimen; pues bien, no concibo que condenemos los preservativos, que tanto harían por evitar tantos abortos y otros males como el sida.

¿La castidad no debería ser suficiente?

Los esposos también se aman en momentos de fecundidad, y ese derecho lo reconocía el Vaticano II en la Lumen gentium.

¿Qué va a hacer ahora, monseñor?

Seguir el consejo que me dio el abad de Montserrat, Cassià Just, poco antes de morir: "Endavant, Godayol, des de la veritat obrim camins per reformar l´Església, però amb prudència".


Con la Pachamama
Podrá ser un apóstol o un apóstata, pero monseñor Godayol no es en absoluto un funcionario del Vaticano, pendiente de su cargo y de las intrigas de la curia. Se le iluminan los ojos cuando explica sus años en Perú, sus 300.000 almas de la diócesis de Ayaviri, en el sur andino; los ritos quechua y aimara, cuyas lenguas conoce, y que, se me antoja, podrían ser una posmoderna religión ecologista, que da gracias a la tierra, Pachamama, maltratada por el desarrollismo; al sol, Inti, y a sus renovables ciclos de la vida. Monseñor Godayol está convencido de que el futuro de la Iglesia está en su pasado: una religión de esclavos, pobres e indígenas que se congregaron para compartir la pobreza.

Vecinos que nos escriben a: sangrebarrial@yahoo.com.ar

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