viernes, 20 de junio de 2008

Estudio de la Realidad Social Argentina

Tamara Lucero Columnista de ERSA
¿Porque ERSA?

Tiene su origen en volver a recuperar nuestra historia, nuestra identidad, nuestra MEMORIA COLECTIVA, volver a mirarnos con nuestros propios ojos, para pensarnos en nuestra realidad latinoamericana.
Un espacio pensado para reflexionar, revisar la historia política, económica, social Argentina y Americana.
Un espacio que recupera el pensamiento nacional, la historia calumniada y la historia de los pueblos porque como diría una canción; si la historia la escriben los que ganan eso quiere decir que hay otra historia, la verdadera historia, quien quiera oír que oiga….

Porque el 17 de noviembre es el día del militante 17 de Noviembre de 1972Los dos llamados de timbre que anunciaban la voz del comandante de la nave, provocaron silencio. La voz salió clara y nítida por los altoparlantes del Boeing 707. El pasaje íntegro quedó expectante. De pronto se escuchó decir: - “Se comunica a los señores pasajeros que hemos ingresado a espacio aéreo argentino”. El silencio de los viajeros fue entonces tornando en murmullo, luego en vítores y estridentes carcajadas. La marchita surgió espontánea, victoriosa y las lágrimas comenzaron a recorrer nuestros rostros.¡Perón estaba en la Argentina! Nos abrazábamos, punteábamos, llorábamos y reíamos.Empresarios, políticos, sindicalistas, ex militares, artistas, intelectuales, deportistas, perdíamos pertenencia sectorial para ser sólo un componente más de la gran masa del pueblo.Los siete jóvenes militantes que teníamos la responsabilidad de la custodia político-militar de ese vuelo organizamos una reunión en uno de los pasillos de la máquina. Repasábamos nuestras instrucciones y nuevamente juramentábamos ¡La vida por Perón!En medio de la algarabía de invitados especiales, sabíamos que lo nuestro no era parte del jolgorio. Lo nuestro era garantizar que ese avión bajara en Ezeiza.Sabíamos de posibles operaciones para que fuera abatido o en el mejor de los casos desviado a otro destino.Las siete alternativas posibles a que el General del Pueblo se reencontrara con sus “descamisados” tenían que ver con tantos aeropuertos internacionales como se habían previsto en América del Sur.En todos los casos debíamos tomar control del vuelo y garantizar la vida de Juan Perón. Debíamos garantizar que aquella histórica consigna del “luche y vuelve” cobrara sentido. Sabíamos que estábamos en la bisagra de la historia que se definía en liberación o dependencia.Nos sabíamos sucesores de aquellos otros pibes del 17 de octubre del 45, que a horcajadas del “Braden o Perón” llevaron al coronel de los trabajadores a la Presidencia de la Nación.Representábamos el sufrimiento militante de Felipe Vallase (nuestro primer desaparecido); de los muertos de Plaza de Mayo en el fatídico bombardeo del 55, y de miles de compañeros que en la Resistencia habían combatido al sistema.En suma, éramos la síntesis de miles de jóvenes que a lo largo y ancho del territorio de la Patria habían dejado sus mejores esfuerzos para que no ocurriera lo de 1964 cuando se obligó a Perón a volver a España.Sin saberlo estábamos escribiendo la página más bella de la historia contemporánea. Volvíamos a casa con “el viejo”, éramos la gloriosa JP.

Por eso, cuando el “Giusseppe Verdi” tocó suelo patrio en la Ezeiza de Pistarini y fuimos detenidos, ellos, los represores, no entendían la carcajada de paz que lanzamos al rostro de los 35000 uniformados que impidieron que el líder se juntara con su pueblo. El General descansaba en el Hotel Internacional en una detención disfrazada de protección.Nosotros azuzábamos el ingenio para escapar de los ezbirros. La gente nos ayudaba como siempre, y en pocas horas armábamos el operativo para llevar a Perón a Gaspar Campos.Cuando al fin estuvo allí, cuidado por todos sus jóvenes, cumplimos la orden dad por el Jefe cuando dijo: “-Muchachos, ¡quiero descansar!”- Y abrazados al hecho militante tarareamos el arrorró y nos fundimos en la esperanza de todos, retornando a nuestros lugares para ser los tipos de siempre.*Gustavo Peralta, Responsable Regional VII. Custodio político-militar de Juan Domingo Perón en su retorno a la Patria

No hay comentarios:

Datos personales