domingo, 12 de junio de 2011
Día del Vecino: Columnista de Con Ciencia? o Consciencia..."Simplemente, vecino"
En el marco del Día del Vecino nuestro columnista y periodista Quique Dopaso, desarrolló su columna haciendo referencia al vecino.
Desde que el hombre se convirtió en sedentario, se congrega en comunidades, para luego establecerse en ciudades; aquellos que viven en una misma cuadra suelen compartir preocupaciones e iniciativas cotidianas. Así es como se pueden lograr proyectos y trabajos conjuntos.
Vecino es sinónimo de cercano, próximo o inmediato, de acuerdo al diccionario. En cambio, el código de familia de la organización Lenguas de Señas Argentinas, explica que vecino no es tan sólo vivir cerca, lo que comúnmente se cree, sino también es estar cerca, no sólo física sino también afectivamente. Es estar junto al otro en cuerpo, mente y espíritu; poder lograr como comunidad proyectos y trabajos conjuntos, pasando de las posiciones individuales y particulares a los intereses comunes, generando capital social que es el primer tipo de capital que se debe conseguir antes para poder ser capaz luego de administrar cualquier otro tipo de capital.
…“Si no hubiera sido por la ayuda de mis vecinos, no sé cuanto más se hubiese demorado para obtener servicios básicos indispensables, como el gas por red o el agua, en zonas que hoy parece algo normal y regular; incluso cuando tuvimos que ejercer y extender la “comunión” entre vecinos para lograr que no se abusara de los mismos; y sobre todo, en aquel momento frentistas de las Avenidas Além y Magallanes de nuestra ciudad, cuando el Municipio intentó cobrar el asfalto, siendo que éste no le correspondía, ya que no había sido quien lo realizo”.
El orígen del vocablo
Vecino fue una unidad de población utilizada en España para realizar censos por motivos fiscales. Cada vecino era una unidad familiar y se contabilizaba en ésta, al cabeza de familia, cónyuge, hijos, parientes, esclavos, etc.
Para realizar la conversión de vecinos a habitantes, es habitualmente aceptada la transformación de 4 o 5 habitantes por vecino. Aunque no hay forma exacta de calcularlo, porque depende de las características poblacionales de cada zona.
El carácter fiscal de estos censos llevó a que nobles, clérigos y gente de extrema pobreza, se quedaran en ocasiones fuera de esta contabilidad, por lo que los datos son aun más imprecisos.
Fue utilizado hasta 1768, año en el cual el conde de Aranda ordenó a los obispos a recoger los datos de cada parroquia, indicando edad, sexo y estado civil.
La mutación
Pero más allá de cualquier concepto o definición, la naturaleza del vecino fue mutando en la misma medida que el lugar de residencia, la situación socio económica, los acontecimientos políticos y, por sobre todo, la realidad fue cambiando.
“Antes los vecinos éramos más unidos. Pero desde que se agudizó la crisis socio económica y política de la Provincia, después de año 1999, la gente ahora es más individualista. Carece de tiempo para ellos y por ende para los demás. Existen marcadas diferencias de idiosincrasia en los barrios periféricos con respecto al centro, dos realidades diferenciadas. Actualmente, nadie sabe precisamente nada de nadie y más bien son muy escasos quienes se frecuentan y agrupan para fines sociales”, puntualizó Rubén del Barrio 245 viviendas de Ushuaia
El 11 de junio
El Día del Vecino se festeja el 11 de junio. Pero en 1990, se instituyó por decreto, en Buenos Aires esa misma fecha como Día del Vecino Participativo. Por ese motivo, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires festeja desde 1991 ambos acontecimientos cada año.
Con relación a este último aspecto del festejo, el Día del Vecino Participativo, la intención del encuentro es destacar la importancia del trabajo mancomunado entre las organizaciones barriales, los vecinos y el Estado, junto a la presencia de asociaciones civiles, culturales y deportivas.
Así, cada año en la ciudad autónoma de Buenos Aires y en otros municipios de la Argentina se suele distinguir a los vecinos destacados de cada barrio, los que son propuestos por las distintas asociaciones e instituciones barriales y por los centros de gestión y participación de cada zona.
Desde hace 40 años se celebra en el orden nacional el Día del Vecino, todos los 11 de junio, por iniciativa de un grupo de habitantes de la ciudad de Buenos Aires. Ese día es coincidente con el aniversario de la Segunda Fundación de Buenos Aires, que fue en 1.580. Una ordenanza del gobierno porteño, del 24 de junio de 1959, instaló el precedente.
Así que, mis queridos oyentes, amigos y fundamentalmente VECINOS; en estos tiempos de contradicciones, altas intolerancias y muy pocas buenas relaciones interpersonales, debido a la escaza ejercitación de la inteligencia emocional que aplicamos; el vecino, tal vez sea el espejo en que debemos mirarnos. Es decir, aquel en quien depositamos aquello que no queremos y ciertamente detestamos en nosotros. Pero a la vez, sufrimos la contradicción, la que el sistema nos somete, de precisar del mismo para emprender la defensa y conquistas que solamente se pueden realizar en conjunto, dado que nuestros buenos amigos, los políticos, que comenzaron como un vecino más; Son quienes nos someten permanentemente a duras pruebas sociales de comunión. Ellos han logrado (gracias a nosotros) jerarquías sociales; para después tomar distancia de los orígenes que los vio nacer, tal vez porque ahora no se sienten (interna e inconscientemente) un vecino más, ya no caminan por las calles, no tienen largas charlas con vecinos, a no ser que sean tiempos de campaña.
Son, en consecuencia, el lado oscuro e inconsciente de nuestro yo; eso que tal vez nos gustaría ser, pero que a la vez criticamos; entonces cuando tomamos verdadera consciencia de lo que somos. Es cuando, VECINO, se transforma en algo muy libre y creativo; algo, que va mas allá del simple roce social, llegando a casi a una verdadera amistad y que muchas veces, lo logra. Cuando eso ocurre, sabemos lo que queremos y entonces reconocemos lo que “no queremos”. Aquí les dejo, una clave para detectar un futuro político, en nuestro vecino. Cuando les suceda, como a Joaquín Sabinas con “el vecino de arriba”.
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