martes, 15 de noviembre de 2011
Fundación Ushuaia XXI: Preservar el Paisaje
El espacio público subastado
La controversia suscitada en los últimos días respecto de la ubicación de la EPA (Estación Polar Antártica), que se pretende instalar en el fondo de la Bahía de Ushuaia, ha evidenciado una política que enfrenta a ciudadanos con diferentes posiciones respecto del uso que hacemos de estos espacios y el derecho que, como habitantes de esta ciudad, tenemos de ellos.
Es importante recordar que ninguna de las organizaciones que manifestaron algún grado de rechazo respecto a permitir la construcción de la EPA lindante a la cancha de rugby, opinó en contra del perfil, características u objetivos del proyecto. Aunque efectivamente ha sido casi unánime el desagrado del lugar asignado por el municipio, sea éste sobre la Reserva Urbana Natural o al costado de la misma.
Sin embargo se ha insistido en desestimar la mayor parte de las opiniones, como falaz argumento, aduciendo que las mismas carecen de "toda la información". Pese a que en realidad cualquiera sea el nivel de información de la que se disponga, lo que se está cuestionando es el lugar asignado y esta opinión no variará sustancialmente aún disponiendo de ella.
No debemos olvidar que existen dos sólidas cuestiones que motivan el rechazo a la ubicación de la EPA en este sitio tan apetecido por los inversores. La desnaturalización del paisaje de la bahía con un edificio tan voluminoso, y el impacto ambiental y escénico consecuente, y la política, por parte del ejecutivo, de renunciar a un nuevo espacio público por un canon mensual que, en el mejor de los casos, ayudaría a pagar el sueldo de dos o tres altos funcionarios.
Estamos viviendo, en nuestra ciudad, una eclosión que vemos con agrado cuando se trata de trabajo, mejores sueldos y bienestar para los ciudadanos, pero paralelamente preocupante por el colapso urbano, ambiental y hasta social, si vale el término.
Tenemos diferentes miradas y opiniones respecto de nuestro presente y, seguramente, aquellos que vivimos el proceso de fines de los 70´y gran parte de los 80´coincidiremos en evaluar las consecuencias. La ciudad, una vez más, no está preparada para esta "explosión".
Con este nuevo colapso el acoso a los espacios públicos será más intenso, si es que en algún momento ha dejado de serlo. Las fábricas, las "nuevas y viejas vedettes" para muchos de nuestros políticos, se comportan, una vez más, con absoluta insensibilidad respecto del lugar en el que se hallan instaladas, sólo necesitan espacio para más galpones y donde depositar contenedores y deshechos. Mientras tanto otros inversores, pensando en actividades más genuinas, de alguna manera extorsionan procurando tierras al menor costo posible.
Los ciudadanos debemos cuidar los espacios públicos que aún perduran. Debemos exigirles a quienes nos gobiernan, una política más comprometida y seria que exprese claramente que no todo está en venta.
No nos parece justo ni razonable que funcionarios del municipio nos coaccionen, sugiriéndonos que renunciemos a nuestro patrimonio, aquel que representa nuestra historia, nuestra cultura e identidad, a riesgo de perder una importante inversión. Menos aún luego de haber rematado otros espacios a precios muy accesibles y en cómodas cuotas. Sitios en los que bien se podría haber construido este proyecto siendo tan emblemático para la ciudad.
Julio César Lovece
Fundación Ushuaia XXI
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