domingo, 4 de septiembre de 2011

Columna Con Ciencia?...o...Consciencia? con Quique Dopaso


Homo sapiens u Homo conscienttis

Capitulo III: El arte de vivir.

Decálogo del Arte de vivir:

Cuando el propósito para el que fuimos creados, no se realiza. Esa es la razón por la que sobrevienen a nuestras vidas, infelicidad, dolor, enfermedad. Porque nos hemos olvidado de quienes somos, a que venimos.

1. Escuchar la sabiduría de nuestro cuerpo, que se expresa por señales de
comodidad e incomodidad. Cuando elijamos ciertas conductas, preguntar al cuerpo que siente al respecto. Si el cuerpo envía una señal de inquietud física o emocional, tengamos cuidado. Si el cuerpo envía una señal de comodidad y anhelo, entonces proceder.

2. Vivir en el presente, que es el único momento que tenemos. Mantengamos la
atención en lo que existe aquí y ahora; buscar siempre la plenitud en todo momento.
Aceptar lo que viene, total y completamente para que podamos apreciarlo y aprender de ello; luego dejarlo pasar. El presente es como debe ser, no como nos gustaría que fuese. Este momento es como es; porque el Universo es como es. No luchemos contra el infinito esquema de las cosas; por el contrario, debemos ser uno con él.

3. Dedicar tiempo al silencio, a meditar, a acallar el diálogo interior; disciplinar la mente en un estado de “no-mente”, como cuando vemos un paisaje, o reaccionamos frente a una víbora, (la mente no interviene, el cuerpo reacciona.).
En momentos de silencio, tomar conciencia de que estamos recontactándonos con nuestra fuente de conciencia pura. Prestar atención a nuestra vida interior para que podamos guiarnos por intuición, antes que por interpretaciones impuestas desde fuera sobre lo que conviene o no nos conviene.

4. Renunciar a la necesidad de aprobación externa. Somos nuestro propio juez
y debemos revalorarnos; nuestra meta es descubrir el infinito valor de nosotros mismo, sin dar importancia a lo que piensen los demás. Al comprender esto se logra una gran libertad y los acercamos a la verdad.

5. Cuando nos descubramos reaccionando con enojo u oposición ante
cualquier persona o circunstancia, recordar que sólo estamos luchando con nosotros mismo. Presentar resistencia es la lógica reacción de las defensas creadas por viejos sufrimientos. Cuando renunciemos a ese enojo, nos curamos y cooperaremos con el libre flujo del universo.

6. Recordar que el mundo, de allí fuera, refleja la realidad, de aquí dentro. Las personas ante las cuales nuestras reacciones sean más fuerte, de amor
u odio, son proyecciones de nuestro mundo interior. Lo que más odiamos es lo que
más negamos en nosotros. Lo que más amamos es lo que más deseamos dentro nuestro. Usemos (sanamente) el espejo de las relaciones para guiar nuestra evolución. El objetivo es un total conocimiento de uno mismo (Autoconociento). Cuando podamos conseguirlo, lo que más deseemos estará automáticamente frente a nosotros; y lo más impresionante es que, lo que más nos disguste; desaparecerá, se desintegra. Pongámoslo en práctica.

7. Liberarnos de la carga de los juicios. Al juzgar imponemos el bien y el
mal a situaciones que simplemente,… “son”. Todo se puede comprender y perdonar, pero cuando juzgamos, nos apartamos de la comprensión y anulamos el proceso de aprender a amar. Al juzgar a otros reflejamos nuestra falta de autoaceptación. Recordar siempre que, cada persona a la que perdonemos aumenta nuestro amor a nosotros mismos.

8. No contaminemos nuestro cuerpo con toxinas, ya sea a través de la comida, la bebida
o por emociones tóxicas. Nuestro cuerpo no es sólo un sistema de mantenimiento de la vida. Es el vehículo que nos llevará en el viaje hacia nuestra evolución. La salud de cada célula contribuye directamente a nuestro estado de bienestar, porque cada célula es un punto de conciencia dentro del campo de la conciencia del que cada uno somos..

9. Reemplazar la conducta que motiva el miedo, por la conducta que motiva
el amor. El miedo es un producto de la memoria, que mora en el pasado. Al
recordar lo que nos hizo sufrir antes, dedicamos nuestras energías a
asegurarnos de que el antiguo sufrimiento no se repita y repetimos la misma aplicación. Pero tratar de imponer el pasado al presente jamás acabará con la amenaza del sufrimiento. Eso sólo ocurre cuando encontramos la seguridad de nuestro propio ser, que es amor. Motivado por la verdad interior, podemos enfrentarte a cualquier
amenaza, porque nuestra fuerza interior es invulnerable al miedo.

10. Comprender que el mundo físico es sólo el espejo de una inteligencia más profunda. La inteligencia es la organizadora invisible de toda la materia y toda la energía (la existencia, Dios, Inteligencia Divina, etc; y que una parte de esta inteligencia reside en nosotros, somos esa “chispa divina” o energía universal, y además participamos del poder organizador del cosmos y de la creación. Como estamos inseparablemente vinculados con el todo, no podemos permitirnos contaminar el aire y el agua del planeta. Pero en un plano más profundo, no podemos permitirnos vivir con una mente tóxica, porque cada pensamiento crea una impresión en el campo total de la inteligencia. Vivir en equilibrio y pureza es el más elevado bien para todos y para la Tierra.
Seamos artífices de nuestra realidad. Así que, no dejemos nunca de soñar.

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