martes, 12 de octubre de 2010

Columnista Vox Populi "La Voz del Pueblo: Neocolonialismo


Por el Periodista Quique Dopazo

Asï como sufre, la opresión la clase trabajadora, por los siglos de los siglos, para alimentar a la máquina del sistema (los poderos), con sangre y sudor humano, sin importar el color de piel, cultura o religión. El próximo 12 de Octubre, recordamos los más de 500 años de la primera globalización; Tierra del Fuego no escapa a esa historia que muy pocos se atreven a contar y que seguramente, habrán muchas que ya se olvidaron y otras tantas que mejor… no imaginar.
Hoy surgen aquellos herederos de un legado legendario a los que llamamos “pueblos originarios”. Ellos humilde y muy escuetamente, lo dicen así.

La gran mayoría de nuestros muertos, se debe a la defensa intransigente que se hizo frente al despojo de nuestros territorios y este fue el resultado de las masacres; Un minifundio hambreador para los originarios y el latifundio derrochador para los extranjeros que trajeron toda suerte de técnicas mortíferas, procedimientos de corrupción, enfermedades y alcoholismo.

El etnocidio como un hecho primoroso, de los iluminados epidermiócratas, hizo que su moral y sus valores individualistas se midan por la cantidad de tierra que fueron capaces de robar a los indígenas, pregonando luego de estar afincados, la importancia de la agricultura y el respeto a los derechos jurídicos, para ser “productivos”, por ello su gran interés en producir abogados y tintes, especializados en legalizar lo ilegal. Pero esto no significa nada para nosotros que acarreamos 500 años de resistencia, que fue considerado por el invasor como actividades avasalladoras prejuiciosas y descontroladas, merecedoras de los peores castigos.

La política colonizadora nos obligó a cambiar, nuestros nombres, idioma, vestimentas, historia, tradiciones y nuestra filosofía COMUNITARIA. La pretensión neocolonial es que luego de tener el cerebro blanqueado, razonemos como seres acomplejados y entonces producto de esta transformación optemos por la de la cultura retocada del individualismo individualista, escogiendo la erudición de la guerra y de la muerte.

La extinción programada comprendió varias etapas y simplificando podemos distinguir:
(1) El inicio de la esclavitud con la llegada de los altos y blancos que establecieron en forma oficial, la muerte de los pueblos originarios, extrayendo para “exportar” el oro y la plata, llegando con este método a devastar la quinta parte de la población mundial de ese entonces, por el delito de insubordinación.
(2) El llamado inicio de la “asimilación”, que fue ante todo la planificación de la desvinculación indígena de nuestros territorios, la usurpación posteriormente legalizada de nuestras comunidades, para que estas fueran desmanteladas y privatizadas por los “patriotas” de último minuto, quienes continuaron “prosperando” mediante el látigo que nos significo trabajar en nuestras tierras como “colonos”, ya que no estábamos preparados para poderlas trabajar como propietarios, dándose inicio de esta forma al apartheid republicano que calculó para 1878, la extinción de nuestras poblaciones.
(3) Ahora que el movimiento nativo se organiza y avanza como fuerza comunitaria, somos vistos por las élites apátridas como un peligro manifiesto contra la tranquilidad y las buenas costumbres de una presunta identidad mestiza que encubre una historia etnocida.

El pensamiento colonial refleja su profunda influencia racista, en los centros de tendencia neocolonial autonomista, los oligarcas en su propósito separatista maniobran con todos los efectos psicológicos de una mentalidad formada para ser parte dependiente del imperio global

Pero las estadísticas del último censo nos demuestran que sus políticas de exterminio y asimilación fueron un completo fracaso, porque ahora nos declaramos orgullosamente indígenas un 62,06% de la población, aunque en nuestros documentos y en los pasaportes diga, tipo (antes raza): Corriente (antes mestiza). Por lo tanto los planes neocoloniales que buscaron la “extinción” de los aborígenes y de nuestra cultura FRACASARON, pese a tener que soportar que en la aldeas de toda América, se mueran, más de 7000 niños indígenas antes de cumplir el primer mes de vida.

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